Sí. Casi siempre escribo sobre el dolor, la tristeza, la nostalgia, sobre perdidas, dudas existenciales, sobre el vacío y la nada.. Un aire dramático, en sofás vacíos, nieblas por la ventana.. Pero así soy yo, toda esta colección de tonos grises, de gamas de matices ocres y sutiles.. Todo ello me inspira, o quizás es que me paso 333 veces al año, triste, desnuda, taciturna, con esta cara de la luna.. Porque los 32 días restantes acumulan unos balances contradictorios que osan alterarme y que con ellos me voy a otra parte que en estos folios en blanco, que sólo me recuerdan el vacío, de estar en un sitio lleno pero que transgredo pues mi corazón siempre está inquieto porque aunque tenga motivos de sobra por sonreír a veces no quiero, pues la otra cara de mi alma me lanza a los desechos, donde ver lo bonita que es la fealdad, el odio de la realidad, el dolor que destiñe almas difíciles de encontrar la paz, de equilibrar la dualidad, pues sólo me acostumbro a la oscuridad de la cara A.. La cara B me resulta aún más difícil de entrever, pues la luz me resulta más acomodante, más ingenua y a la vez arrogante, incluso falsa, porque cuando crees ver luz piensas que nada te hace falta.. Y aún hay trozos de sol que queman, que te traicionan, que te invocan a una falsa felicidad que al final acaba por estorbar, pues no es fácil de alcanzar un camino de faros y soles, pues siempre habrá algo que te incomode, ¡y menos mal! Pues que aburrido sería, pues ya nunca más escribiría sobre el dolor, la tristeza, la nostalgia, sobre perdidas, dudas existenciales, sobre el vacío y la nada..
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