martes, 15 de marzo de 2016

Gritos y silencios


no me mires
no me huyas
me abrazaría al abrazo
me abandonaría del mundo




tengo ganas de vivir pero no puedo
y cuando quiero, vuelvo a volver a perderlo




no temas me dijo
y le temí desde que lo hizo




puedo ofrecerte mucho
pero también puedo quitarte demasiado




por ponerle a la vida, le quité todo (el encanto)





soy un laberinto de ríos que no encuentran su mar
aunque supieron como desembocar en el océano





esa es mi gran paradoja, el cansarme de no sentir todo lo que siento

quizás por querer enjaular mis sentimientos, por intensos y desmedidos me volví una presencia ausente y llena de gritos de silencio




y ojalá que mis palabras no se vayan..




obligándome a que fuera más "normal" sólo consiguieron aumentar mi locura. y no hay quietud, los grilletes no aflojan, a la pata coja me cansé de andar




no soy nada terrestre
por eso vivir me resulta tan complicado a veces




y buscando la libertad la encontré dentro, pero como sentir la paz
cuando vivo en un mundo violento, por fuera, y en mis adentros




y siento que mi alma va a caer y no va a volver en un rincón profundo de esta cama. y mi almohada me arropa, sujeta esta cabeza tan perdida y loca, tan encontrada y tan huida. 




sé dónde nací pero no dónde pertenecí
como luna que se sabe en medio de la inmensidad
iluminando algún lugar en la oscuridad de la noche




no soy de nadie. ni de mi misma




Gracias

por todas las grietas en mi coraza

por tener los talones agrietados de andar descalza

por los sarpullidos que me salieron cuando no pude aceptar

por los anillos que dejé encima de la mesa, del baño y en las cenas

por las tardes que me hicieron irme a casa con un fuego en las entrañas

por los abrazos bien dados que me recordaron que existe la fe

por las mentiras que me hicieron redirigir mi camino

por las verdades que me llevaron a recuperar el vacío

por las ventanas salpicadas de lluvia

por las llaves que nunca llegué a hacer

por las piedras escondidas debajo de la cama

por los golpes que me hicieron despertar

por el hijo que nunca llegué a tener

por las ovejas que salvé

por el vino caído encima de la cama

por todo lo que nunca pude hacer y no lo olvidé

por aquél día que no morí

por cada día que decidí vivir

por las luces que alumbran mi paisaje

por el ruido que algún día echaré de menos

por la montaña dónde poder tender los sueños

por recordar la voz de mis abuelos

por poder oler los recuerdos

por sincerarme cada vez

por hacer doler la realidad

por la piedra que enterré en ese lugar

por el no regresar y por el encontrar

por el irme y por no poder estar

por quedarme contigo vida

por querer dármelo todo