lunes, 22 de febrero de 2016

Virginia, Alejandra


Ay virginia, ay alejandra. estas amadas sin rostro que me acompañan. Estos cuerpos que se fueron pero que dejaron su alma. Se quitaron la vida sin saber que la dan cada vez que alguien toca ese lugar que dejaron en forma de palabras eternas.

Ay virginia, ay alejandra. estas amadas que supieron de la muerte, estas desamparadas que tocaron la vida desde tan cerca. Que se fueron y decidieron abandonar estas incertezas, que se quedaron para siempre en esta vida que alimentan con sus letras.

No os conozco y por vosotras lloro, porque entro dentro de vuestros rostros y os reconozco. os abrazo en cada folio encontrado, os abrazo en cada nada sentenciada. Os amo por todo el amor que disteis, os amo porque os encontrasteis y con ello os perdisteis, pero siempre fuisteis eternas.

Os recuerdo como si os conociera, como si pudiera tocar esas manos llenas de vida aunque la llamarais muerte, porque cuando corristeis tras ella, no sabíais que habíais dejado una vida inmensa en cada gesto de vuestros dedos y de vuestras almas intensas e infinitas.

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