Todo por saber, todo por callar,
Con todo ello, muchas ganas de gritar,
Gritarle al viento, sabiendo que no juzgará,
Entenderá mis dolores y de ellos me apartará.
Al lado del mar, con el viento y su oleaje,
Sanará mis dudas como si de bruma se tratase.
Despojándome de tantos pensamientos,
Empujados al borde del sufrimiento.
Contradicción siempre de aliada,
Mientras paciencia anda callada,
Vacía de soluciones,
sin previas explicaciones.
Corazón tan cobarde que busca dónde sustentarse,
Buscando a razón como si de ella sólo pudiera fiarme.
Rechazando al corazón por temer al sufrimiento,
Bajo éste caparazón que esconde tantos sentimientos.
Demasiado inconformista,
Siempre me domina la prisa,
Sin paciencia navego entre pensamientos,
Queriendo dejar huella de todo lo que siento.
Sentimental por naturaleza,
impulsiva con destreza,
y siempre al borde de la imprudencia..
¡Cuánta imposición de razón!
Inevitable dominio de corazón..