miércoles, 15 de enero de 2014

Creélo, créalo

CRÉELO,
CRÉALO,
Crea lo que pienses
Cree en lo que sientes..
Jodida por tener que nadar siempre a contracorriente..
Y es que NO.
No me adapto a este mundo tan confuso..
Dónde mis gritos se silencian en el eco del mundo,
Recluso de mierdas que ahogan y te encierran,
Pero me alegra pensar que ya sé la manera,
De que todo vuelva a ti como tú lo quieras.

Si tan sólo quiero ser feliz, poder decidir
Ser fiel a mí y luchar por mi porvenir,
Y no quiero dudar ahora que me he logrado encontrar,
Y es que odio tanto tenerme que justificar..
Que me llamen loca y me puedan señalar..
Pero lo que he aprendido me ayudó a salvar
Mi vida que estaba destinada a fracasar,
Desaprendí para lograrme aceptar,
Construí un nuevo mundo y ya nadie puede hacerme escapar,
Porque encontré la libertad, en mi nueva forma de valorar,
De buscar lo esencial y huir del falso bienestar..

Y mis pobres pensamientos son tan incomprendidos,
Que a veces me inunda un enorme vacío,
Porque duele saber que lo que más quieres
Ya no te entiende, que nos hemos hecho tan diferentes..
Que a veces me siento tan sola,
En un mundo donde la locura es la verdadera cordura,
Y deseo hacer despertar a toda esa gente que no logra respirar,
Que no puede visualizar que su vida consiste en encontrar
La verdadera felicidad sin contratos ni condiciones,
Poder valorar que existen muchas más opciones,
Que todo es posible si crees en ello,
Que hay que luchar en lograr nuestros sueños..


sábado, 4 de enero de 2014

Revolviéndome


Mi nombre siempre me ha resultado un extraño para mí, igual que mi alma se ha sentido en ocasiones bajo mi piel. Hoy también me siento una desconocida ante los restos de un enloquecedor pasado: mi presente.. fugaz y permanente a la vez.. A veces, pienso que estoy viviendo un traspaso transitorio de lo que era mi vida pasada a lo que está siendo mi nueva vida, en permanente construcción. Por suerte, he logrado interiorizar profundamente que mi ahora es el resultado de todas mis renuncias pasadas. Hoy es el día que tanto miedo me daba alcanzar, por el que temía luchar por recelo a las consecuencias. Por fin decidí liberarme. Logré nuevos patrones, nuevas metas, nuevos sentimientos y emociones. Decidí seguir mi camino, mi único y real camino, el que debo seguir.

Pero no siempre ha sido así. Siempre me he considerado una persona débil por mi emocionalidad desmedida. Amo y sufro tanto por los demás que estos sentimientos me los arrebato en mi misma. Siempre he poseído tanto sentimiento dentro de mí que, en ocasiones, podía ser avocada ante la más amarga locura. Desde que puedo llegar a recordar, mis pensamientos igual que mis emociones, siempre han sido excesivos. Desde que se creó en mí, el uso de razón, nunca he podido dejar que mi cerebro descansara, y mi corazón tampoco. Desagradable combinación. Puede parecer algo positivo, y en parte, puedo agradecerle intensas noches de reflexiones y de descubrimientos, de inmensos sentimientos y sensaciones, que envuelven la esencia de mi vida, lo más provechoso que puedo desear en mí día a día. En su contra, de un momento a otro puedo utilizarlo con negatividad, construyendo pensamientos negativos que a su causa, han hecho aparecer sentimientos destructivos hacia mi persona. Ha habido etapas de mi vida, que esta explosiva combinación ha hecho mella en mi, y éstos han quedado adheridos en mi subconsciente, haciéndome sentir totalmente perdida.  

Acabé interiorizando que los pensamientos negativos no existen, son una fabricación de una percepción solamente subjetiva. Puede parecer complicado desapropiarte de todos esos hábitos de pensamientos negativos, haciéndolos desaparecer de tu cabeza sin importar las circunstancias. Solamente debes interiorizar un concepto básico que debe regir en tu día a día: Todo pasa por algún motivo que no podemos entender, que no está a nuestro alcance. Aún. En tu futuro, podrás comprenderlos, pero habrás vivido etapas y momentos de tu vida, en las que habrás sufrido por querer comprender el por qué de los sucesos negativos que estaban produciéndose. Sin ver, que al final, no son más que intersecciones que se producen en tu camino, a veces estas intersecciones nos hacen abandonar vínculos a los que estamos aferrados, y no somos capaces de imaginar una realidad distinta a la que estamos acostumbrados. Pero cuando elijes, abandonas o aceptas las intersecciones que aparecen en tu camino, llegas donde tienes que llegar, ya dejan de existir tus problemas cuando los aceptas como lo que son, simples direcciones.

Un ejemplo de ellos fue cuando tuve que aceptar que personas muy importantes en mi vida se fueran de ella, llegué a sufrir y no lograba aceptarlo, no encontraba la respuesta a todas mis preguntas. Un día dejé de aferrarme a estas preguntas, entendí que debía de ser así, debía abrirme paso a lo que soy ahora. Cuando lo comprendí, me liberé. Había de producirse un cambio en mi camino, ¿y para qué verlo como algo negativo si no sabía a dónde me dirigiría? Y es que todas las personas aparecen en nuestro camino por alguna razón. Cada una de ellas ha llegado a nuestra vida para enseñarnos algo, algunos llegan y otros se van, sea porque ya hemos vivido lo que debíamos vivir y otras nuevas aparecen para avanzar más por el camino. Sólo hace falta ver y abrirnos a comprender.

Lo que supongo que me sucedió fue que al no tener nada que perder, no esperé nada tampoco, y recibí la vida tal y como es realmente. Empecé a vivir de nuevo y esa fuerza llegó experimentando una serie de sucesos en los que me impregné con ganas de volver a ser, de nuevo y con nuevas posibilidades. Además, no sólo comprendí si no que sentí, que todo guarda su plan secreto. En ese momento renací del estado en que me encontraba, abriendo la luz en mi alma.